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Esta es la primera novela del celebrado autor de Stoner. Como admiré tanto Stoner, pensé que debía leer algo más de Williams. Me equivoqué. En su defensa puede decirse que publicó Nothing but the night cuando tenía apenas 26 años. Es la historia de un joven acosado por la memoria de una tragedia familiar, a quien seguimos a lo largo de un día en una serie de situaciones insustanciales: la discusión con un amigo, la cena con el padre, una mujer que conoce en el bar. La búsqueda parece ser la exploracion existencialista de una percepción que roza apenas la realidad. El resultado es un personaje que tambalea como un monigote animado únicamente por las reflexiones del narrador. Se adivina ya, eso sí, la precisión en las palabras y la elegancia formal del escritor en el que luego se convertiría Williams.