⭐⭐⭐⭐

Fue una relectura irresistible (como siempre, cuando uno no se puede permitir las relecturas). Es un investigación literaria exhaustiva y desenfadada sobre la obra y la persona de Flaubert; una especie de ensayo ficcionado. Recordaba el humor característico de Barnes, pero había olvidado la creatividad de la estructura, que incluye animalarios, diccionarios, correspondencia. Seguramente había pasado por alto muchas cosas cuando lo leí por primera vez hace quince años y no había leído realmente al propio Flaubert. Lo disfrute más ahora. Malísimo, eso sí, y completamente prescindible, el capítulo en el que el narrador pretende impersonar a Louise Colet.
