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Es un conjunto de textos que oscilan entre la forma del ensayo, las memorias y el cuento. Entre la ficción y la no ficción. En general tienen que ver con las experiencia de juventud de Gornick: su encuentro vital con el feminismo, sus relaciones afectivas, personas que marcaron su vida, talleres de escritura creativa, casas de campo, hoteles, las calles de Manhattan. Me gustó un relato (es el que tiene más forma de ficción), sobre su experiencia como camarera en los Catskills. Pero el resto del libro me pareció desigual, lleno de asociaciones impresionistas, sin ritmo, a veces redundante, a veces incluso descuidado con la prosa. Tal vez tenga que ver con esa sensación que Gornick parece querer recrear de ir caminando por la ciudad, dejándose impresionar por un diluvio anónimo de sensaciones e ideas.
