⭐⭐⭐

Hay que decir que para disfrutar realmente de esta autobiografía uno debe conocer muy bien, incluso admirar, la obra de Allen. Ese es mi caso y yo disfruté la mayor parte del libro. Pero ese no debiera ser el prerrequisito de una buena autobiografía. La primera mitad está llena de vida, de humor y de nostalgia. La segunda mitad (como la propia vida de Allen) está inevitablemente atravesada por las acusaciones de Mia Farrow. En algún sentido es un arco dramático trágico: ascenso y caída. Hace pensar en cómo toda una vida se decide en un instante. Siempre que he leído a Allen en entrevistas me ha chocado un poco esa (¿falsa?) modestia de atribuir a la suerte todo su trabajo, que al final es una negación a aconsejar, a apoyar a nuevos cineastas o escritores, en fin, a enseñar. Me parece más un rasgo egoista que modesto. Aquí lo repite.
