⭐⭐⭐

Tenía esta deuda con un clásico que suele leerse siendo joven y con una mirada seguramente más espontánea que la mía. Es la historia de Billy Pilgrim, un hombre que viaja en el tiempo sin control de su destino: el lector puede elegir si la razón es su secuestro por extraterrestres o su trauma como prisionero de guerra durante la destrucción de Dresden en 1945. De alguna manera, las dos razones son ciertas. El primer capítulo funciona como un prólogo del propio Vonnegut sobre el sentido de la novela, y es para mí lo mejor del libro. Su premisa es que el realismo (o la realidad) no es suficiente para entender cuando nos enfrentamos a asuntos como el horror de la guerra: por eso la ciencia ficción. Es una buena premisa, pero sentí que lo lleva a explotar el recurso surrealista de los viajes en el tiempo de manera convulsiva, caricaturesca. Es como una carcajada histérica que no se detiene, y entiendo que ese sea el punto, pero a mí me agotó, me sacó una y otra vez de la historia, me hizo sentir un lector demasiado viejo o demasiado conservador.