⭐⭐⭐⭐

Una mujer de mediana edad se instala en Londres con sus hijos adolescentes tras una reciente separación. Ella misma nos va narrando una serie de encuentros, fortuitos o no, que sirven de pauta para este momento de transición: charlas con el agente inmobiliario, con el contratista de obras, un inmigrante albanés, con su peluquero, con un exnovio de su juventud, con amigos recobrados. La novela se va formando en esa mezcla de conversaciones y descripciones desapasionadas. Es imposible no preguntarse por qué todos los personajes están dispuestos a hablar con ella y a contarle todo, como si tomara el lugar inesperado de una narradora omnisciente. Esto hace de la protagonista un personaje dudoso e impreciso, y las historias que cuenta pueden parecer fragmentos inconexos. Sin embargo (y esto lo cambia todo), su mirada es tan aguda y sus observaciones tan sutiles, que la genialidad ronda la novela como un fantasma, apareciendo de pronto como una epifanía, en medio de cualquier descripción de una escena cotidiana.
