⭐⭐⭐⭐⭐

Casualmente lo leí, por fin (otra deuda), en el bicentenario de Flaubert. Todos conocemos la historia: Emma Bovary se casa infelizmente con un médico de provincias y busca en sus amantes, fatalmente, la salida a un medio que la asfixia. Es dificil no sentirse identificado con Emma en su búsqueda de sentido; y asistir a su lenta y detallada derrota es una experiencia dolorosa, apenas paliada por la belleza de la prosa, por la cuidadosa simetría de la narración, que va entregando poco a poco el testigo de un narrador en primera persona al estilo libre indirecto cuyo perfeccionamiento se atribuye a Flaubert. Richard Yates, que adoraba esta novela, subraya el uso genial de los "objetos correlativos": una cigarrera que aparece de improviso y, cien páginas después, revela toda su carga simbólica. La novela está poblada de gestos así, tan ricos en símbolos e ideas que parecen parábolas, como Emma entregando sus últimos 5 francos a un mendigo. Ni hablar de la maestría narrativa en la combinación de descripciones y diálogos, como en el paseo de Emma y Rodolphe en la feria agropecuaria. Y podría seguir. Una obra maestra plena de lecciones.