⭐⭐⭐⭐
Cuenta la historia de Okonkwo, un guerrero igbo, a finales del siglo XIX en lo que hoy es Nigeria. Es una historia de encuentro colonial en la que Okonkwo, como sugiere el título, ve a su mundo derrumbarse. Tal vez algunas descripciones de la cotidianidad de los igbo, aunque interesantes, no aportan mucho a la historia y tienen más el tono de viñetas etnográficas. Pero el lector paciente encuentra su recompensa. Esta novela tiene uno de los mejores finales (el último párrafo) que he leído: representa un cambio de perspectiva tan brusco, e inteligente, que uno casi se ve obligado a volver atrás todo el libro. Con mucha razón se puede leer como el reverso de "El corazón de las tinieblas", de Conrad. Me asombró que se publicara cuando Achebe tenía apenas 28 años. Dan ganas de leer el resto de la trilogía.
