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Es la historia, contada en primera persona por una mujer, de la decadencia de una pequeña familia: su padre, su hermana, su hija y un canario. En la atmósfera opresiva de un pequeño apartamento, la protagonista se va aislando del mundo de manera cada vez más radical. Solo la terraza le sirve de escape o conexión con el mundo. La escritura tiene mucho oficio: se revela por ejemplo en la capacidad de contar en primera persona sin que los lectores podamos confiar en la narradora. También en la creación de imágenes perturbadoras y de un ambiente gótico. Pero, para el tipo de lector que soy, hacen mucha falta los motivos de los personajes, incluso los personajes mismos, no sus fantasmas o sus reflejos. Está muy bien trabajar sobre parábolas, pero es mucho mejor si esas parábolas derivan de las historias más que de las imágenes, por bien logradas que estén.
