Leído: 24/5/25
⭐⭐⭐⭐

Un buen volumen de ensayos, agrupados por el interés en las mujeres en la literatura: escritoras o personajes, hermanas y esposas de escritores, autoras de diarios y cartas que no publicaron en vida. La prosa de Hardwick es elegante y precisa, y su ojo crítico es implacable: puede ser cruda pero es siempre sensible, rigurosa y, cuando uno menos lo espera, generosa. Entiende profundamente los mecanismos de la ficción. Tiene una consciencia clarísima del privilegio masculino y, sin embargo, ni victimiza ni idealiza a las mujeres que estudia. Uno puede sentir pena por las hermanas Brontë sin dejar de ponderar las virtudes y defectos de sus obras. Eso sí, el largo ensayo sobre las mujeres en la obra de Ibsen es tremendamente aburrido.
Leído: 23/5/25
⭐⭐⭐

Quería que me gustara este libro, y eso casi siempre es un error. Es innegable que Peña es un gran lector y que tiene talento para identificar historias literarias, incluso para conectarlas entre sí. Todo eso ya lo sabía por el podcast, que me sigue pareciendo fantástico. Pero el intento por reunir esas historias en un relato autobiográfico alrededor de la muerte de su padre no funciona bien. O funciona bien solo un momento. La repetición no tiene un efecto dramático; por el contrario, la fórmula se va haciendo evidente y al final uno se cansa un poco. La figura del padre nunca termina de dibujarse, no sabemos casi nada sobre él, y tampoco sobre el hijo (excepto que es escritor); ambos son simplemente funcionales al encadenamiento con historias misceláneas sobre libros y escritores. Y aunque estas historias estén agrupadas por temas, tampoco eso las salva de un carácter impresionista que en las biografías se evita por el arrastre narrativo de la cronología.
Leído: 20/5/25
⭐⭐⭐⭐

Es muy difícil juzgar un libro de aforismos: ¿cuántos deben ser excelentes para que el libro también lo sea? En este caso hay una garantía: la selección (y la traducción) son de Paul Auster, y su mirada se nota, hay aforismos que casi parecen suyos: "Me gusta ver dos verdades al mismo tiempo. Toda buena comparación da a la mente esta ventaja". Joubert ha sido un grato descubrimiento, un pensador riguroso, agudo, con un tono melancólico que aumenta en sus últimos años, a veces demasiado preocupado por la religiosiodad, pero en general atento a evitar el patetismo. Muchos de los mejores aforismos son sobre la propia escritura: "A veces buscando palabras nos encontramos con ideas; las palabras son el cuerpo de los pensamientos".
Leído: 20/4/25
⭐⭐⭐

Cuatro biografías intelectuales tensionadas entre la segunda posguerra y el ascenso del neoliberalismo. Cuatro figuras clave para entender la crisis del sujeto moderno: Adorno y el fin de la dialéctica; Foucault, el del poder disciplinar; Sontag, el de la imaginación crítica; Feyerabend, el de la razón positiva. Es un libro muy bien documentado, riguroso, erudito. Pero algo falla en las conexiones narrativas, que a veces parecen mecánicas, a veces naufragan entre las derivas teóricas, y en general dificultan la capacidad de dimensionar a los personajes en su humanidad, como se espera de las buenas biografías.
Leído: 4/3/25
⭐⭐⭐⭐⭐

Una vida entera sintetizada en una serie de recuerdos, imágenes que van completando una imagen mayor, como en un álbum fotográfico. La narradora, que es pero al tiempo no es Ernaux, representa un sujeto colectivo, un "nosotros" que a veces es generacional (quienes vivieron Mayo del 68), otras nacional (los franceses), y todavía otras es simplemente humano. Hay una cualidad nostálgica en el relato que le da densidad y se va incrementando con el avance de las edades: la infancia es ilusionada, la juventud impetuosa, la adultez confusa y la vejez lúcida. La cronología, sin embargo, no le resta flexibilidad al relato, que va buscando correspondencias y cambiando de ritmo constantemente, entre la ráfaga de imágenes y la reflexión más pausada. Los agudos balances que hace la narradora cada tanto valen oro. Recomiendo no dejarse desconcertar por los detalles de la política y la Historia francesas: al final no son tan importantes como el dibujo de la condición humana que emerge entre ellos.
Leído: 25/2/25
⭐⭐⭐

Estos son los diarios editados por Leonard Woolf y publicados a pocos años de la muerte de Virginia. Con los años se irían publicando más y más entradas inéditas hasta tener los diarios completos. Como el título sugiere, Leonard eligió sobre todo las entradas en que Virginia se ocupaba de su oficio de escritora: el resultado sirve a quienes busquen lecciones e ideas sobre la escritura literaria, pero puede ser redundante y desarticulado para quienes busquen entrar en el flujo cotidiano y creativo de Woolf. En todo caso, es un libro exigente: por su extensión, claro, pero sobre todo por su especialización. Los detalles sobre la redacción de una u otra novela o ensayo no tienen sentido si uno no conoce bien las obras en referencia. Y aunque ese es mi caso, debo confesar que me aburrí mortalmente en la primera mitad con la vida social de los Woolf: cenas, invitaciones al té, hastío, largas listas de personajes imposibles de reconocer. Muchos detalles de la cotidianidad inglesa son lejanos y casi ridículos para el lector contemporáneo. También hay que decir que hay muchas entradas emocionantes, de gran belleza literaria por sí mismas, y que las entradas de los últimos años, dominados por el avance del nazismo en Alemania y el estallido de la guerra (Woolf se suicidó seis meses después del inicio) son una lectura desgarradora.
Leído: 1/2/25
⭐⭐⭐⭐

Hay una historia fabulosa y magistralmente contada en este libro: Henry Price, acuarelista de la Comisión Corográfica, cruza el país en busca de un misterioso pintor, el artesano indígena Rufino Pandiguando. El primer personaje es histórico; el segundo, inolvidable, es ficticio. La mezcla de investigación histórica y juego narrativo es admirable, y cuando Cárdenas sigue el impulso surreal de los sueños o la magia es magnífico. La tercera y última sección del libro, "Tigre negro", es un western impresionante, una cacería humana que tiene de todo: transformaciones místicas, antiguas venganzas, intrigas políticas. Todo eso está muy (MUY) bien, pero por alguna razón Cárdenas se niega a aceptar su talento narrativo y decide enmascarar la novela en un ensayo híbrido que casi domina la primera parte (Esto sin contar la segunda parte, una licencia poética que recomiendo saltarse directamente). El ensayo, que casi pide perdón por el lujo burgués de la ficción, entra y sale del lenguaje de la historia y a veces parece un artículo académico (“trabajadores racializados”, etc.). Me cuesta mucho esta tendencia a criticar el realismo literario con deconstrucciones decoloniales que uno podría leer en tantos otros lugares, pero ¿por qué precisamente en medio de una buena novela?
Leído: 22/1/25
⭐⭐

Dos novelas cortas sobre la experiencia alienante de las ciudades de la posguerra. Ambas historias tienen lugar en Roma en la década de 1970: una expareja se reencuentra para redescubrir que sus soledades les superan; una viuda sortea su propia soledad adquiriendo un gato tras otro. Alrededor de los personajes principales hay un desfile interminable de amigos y examantes, padres y cuñados, vecinas y doctores, siempre en un torbellino de conversaciones que recuerda esos asfixiantes planos secuencia de Fellini. Tras la fatiga por intentar seguir historias a medias viene el aburrimiento y el desconcierto, ¿quién era el tío de qué sobrino?, ¿y qué importa al fin y al cabo si están ahí para crear una atmósfera? Y la atmósfera se logra crear, sí, pero a expensas de la historia.
Leído: 13/1/25
⭐⭐⭐⭐

Emilia Restrepo está obsesionada con la gramática. Rondando los treinta años, y desde el aire de superioridad que le da su conocimiento del lenguaje, Emilia escribe sus memorias de juventud para despedirse definitivamente de ella. Esta es una novela de aprendizaje (coming of age) con una protagonista difícil de querer, a veces antipática y prejuiciosa, pero que precisamente vamos viendo crecer, "cerrando el triángulo de sinceridad en su vida", hasta que sentimos que aprendemos algo juntos, algo que no tiene nada que ver con las normas gramaticales. Me gustó especialmente la última parte, cuando Emilia ha ganado densidad como personaje y la escritura toma ritmo, hay juegos metanarrativos, el uso del humor es más agudo y menos circunstancial. Eso sí, me costó conceder verosimilitud a la abrupta transformación de Emilia entre la chica linda y superficial que protagoniza la historia y la nerd que la narra.
Leído: 13/1/25
⭐⭐⭐⭐⭐

Bellísima novela que recuerda a la magistral Zama (Di Benedetto), o a la genealogía del Desierto de los Tártaros (Buzzati, Gracq, Coetzee). Construida como una parábola, nos lleva de la mano del Teniente hasta el lugar más remoto, un inútil puesto militar de frontera, para poner en duda todas las coordenadas, comenzando por la identidad. Serio, instruido, pagado de sí mismo y de su misión de "ejercer soberanía", el Teniente desciende en espiral hasta no ser más que un animal solitario. Abandona sus abstractas pretensiones patrióticas por la pulsión más elemental de una manada. La historia es efectivamente un relato de acción, como he leído por ahí, que disfraza una reflexión filosófica. La prosa de Duperly es precisa y revela una atención a la cultura material que recuerda, en la riqueza del lenguaje y el áspero detalle de los escenarios, a las novelas históricas de Rafael Baena; pero en este caso hay también imágenes poéticas, sutiles simetrías simbólicas, un proyecto literario en toda regla.
Leído: 9/1/25
⭐⭐⭐⭐⭐

Sophie y Otto Bentwood son una pareja profesional y sin hijos que ronda los cuarenta años. Los Bentwood navegan en la desorientadora abundancia de su condición, entre las fiestas que ofrecen sus amigos y los viajes a su casa de campo, pero hay algo que no encaja, un malestar inefable. Darle forma a ese malestar, expresarlo a través de la literatura, es la difícil tarea que asume esta novela. Y lo hace maravillosamente. Asomarse a ese abismo requiere valentía, y los personajes la van ganando junto con el lector, gradualmente: desde lo banal y lo anecdótico (la mordida de un gato como leitmotiv) hasta lo estructural y lo trágico. La sutileza con la que Fox dispone las pistas y perfila las imágenes (un pájaro muerto, un mendigo vagamente amenazante, un frasco de tinta que se rompe) es simplemente magistral.
Leído: 3/1/25
⭐⭐

Una mujer, Grace, cuenta la historia de otra, Charlotte, hasta casi fundirse con ella. El recurso es de una enorme dificultad técnica y no siempre funciona. Didion decide usar una narradora poco fiable para reconstruir una vida que, como en "Play it as it lays", deriva entre la apatía existencial y el relato policíaco. La vida de Charlotte incluye dos matrimonios y dos separaciones; una hija rebelde que arrastra a la disfuncional familia en medio de un acto terrorista; la huida constante que la lleva hasta una isla del Caribe. Pero es ahí, en ese escenario elegido para el encuentro con Grace, en donde la historia colapsa, atrapada por los lugares comunes sobre repúblicas bananeras y machos latinos. Todo es inverosímil y un poco ridículo en la imaginada Boca Grande, hasta el punto en que uno siente que el libreto de Miami Vice se coló en las páginas de una novela que, ¡es Joan Didion!, merecía otra suerte.